La implementación de la asignatura de religión en la
escuela se ha vuelto un tema de discusión entre los padres y el estado; entre
si debe de implementarse una asignatura de religión o no en el currículo de
estudio. Lo cierto es que, de acuerdo a la Declaración Universal de Derechos
Humanos, “Toda persona tendrá derecho a la educación (…) los padres tendrán el
derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus
hijos” (Art 26) citado en (Melero, 2006).
La relación entre la religión y la educación ha sido objeto de debate durante siglos en todo el mundo. En muchas culturas, la religión ha desempeñado un papel fundamental en la formación de valores y la transmisión de tradiciones. Sin embargo, en un mundo cada vez más diverso y secularizado, la pregunta sobre si tiene sentido hoy en día enseñar religión en la escuela sigue siendo relevante y polémica. ¿Se debe de implementar?
La Legislación salvadoreña
La constitución de El Salvador reconoce de forma
expresa este derecho:
Se garantiza el libre ejercicio de todas las
religiones, sin más límite que el trazado por la moral y el orden público.
Ningún acto religioso servirá para establecer el estado civil de las personas
(Art 25).
Se reconoce la personalidad jurídica de la Iglesia Católica.
Las demás iglesias podrán obtener, conforme a la ley, el reconocimiento de su
personalidad (Art 26).
Documentos Eclesiales
Concilio Vaticano II
“Corresponde a los padres el derecho a determinar la formación religiosa
que se ha de dar a sus hijos según sus propias convicciones (. . .)
“El poder civil debe de reconocer el derecho de los padres a elegir, con auténtica libertad, las escuelas u otros medios de educación, sin ponerles, no directa, ni indirectamente, cargas injustas para esta libertad de elección” (Dignitatis Humanae”, 5) citado en (Melero, 2006).
La Diversidad Religiosa y Laicidad
Uno de los
argumentos en contra de enseñar religión en la escuela es la creciente
diversidad religiosa que se encuentra en muchas sociedades modernas. En un aula
típica, es posible que haya estudiantes de diferentes religiones, así como
aquellos que no practican ninguna religión en absoluto. Esto plantea la
cuestión de si es justo o apropiado enseñar una religión específica en un
entorno educativo que debería ser inclusivo y laico.
La laicidad, o la separación entre la religión y el Estado, es un principio que se valora en muchas democracias occidentales. La inclusión de la religión en la educación pública podría interpretarse como una violación de este principio, ya que podría favorecer a una religión en detrimento de otras, o incluso excluir a aquellos que no siguen ninguna religión. Esto plantea preguntas importantes sobre la equidad y la igualdad en la educación.
Educación religiosa como patrimonio cultural
Hay argumentos a favor de enseñar religión en la
escuela que se basan en la importancia de la religión como parte del patrimonio
cultural de una sociedad. La religión ha desempeñado un papel crucial en la
historia, la literatura, el arte y la filosofía de muchas civilizaciones, y su
comprensión es esencial para una educación completa.
Desde el acceso a la modernidad, la historia de las
relaciones entre la religión y la escuela ha sido siempre problemática y
conflictiva. Desde el fracaso en las Cortes de Cádiz, y el primer intento de
conciliar tradición y modernidad, el liberalismo conservador hizo de la
instrucción pública elemental una escuela cuasi confesional, no desprovista de
tensiones entre la Iglesia y el Estado. Igualmente, y dejando a salvo los
breves periodos que representan el Sexenio democrático y la II República, la
religión estuvo presente también, en mayor o menor medida, en los institutos.
El franquismo representa la culminación de esta tendencia: por primera vez en
nuestra historia la religión fue una asignatura obligatoria en todos los
niveles educativos —primaria, secundaria y superior. Tras diversos intentos de
diferentes gobiernos, el problema continúa hoy: la tensión en la escuela entre a
confesionalidad, laicidad y religión permanece (de Puelles, 2006).
La educación religiosa no tiene por qué centrarse
exclusivamente en una religión en particular. En lugar de ello, puede ofrecer
una visión imparcial y académica de las principales religiones del mundo,
explorando sus creencias, prácticas, historia y contribuciones a la cultura
global. Esto puede ayudar a los estudiantes a comprender mejor la diversidad
religiosa en la sociedad y fomentar el respeto hacia las diferentes creencias.
Ética y valores en la educación
Otro
argumento a favor de enseñar religión en la escuela es su influencia en la
formación de valores éticos y morales. Muchas religiones promueven principios
de amor, compasión, justicia y cuidado por los demás, que son valores
fundamentales en la mayoría de las sociedades. La enseñanza de estos valores
puede contribuir al desarrollo de ciudadanos responsables y éticos.
Sin embargo,
es importante señalar que la educación religiosa no debería imponer una única
visión ética o moral a los estudiantes. Debe permitir que los estudiantes
reflexionen sobre sus propias creencias y valores, y fomentar el pensamiento
crítico y la toma de decisiones éticas basadas en la información y el
razonamiento; es decir, una forma diferente de relacionarse con Dios, como
plantea Niño (2007) “ver el mundo y la vida a una escala de valores diferentes”
(p. 149).
En este
sentido, se deberá de ayudar a los estudiantes a desarrollar su pensamiento crítico
partiendo de su realidad concreta, desde su nivel del juicio religioso y su
ritmo, dado que, aunque no se da exclusivamente por ello, la transformación
racional influye en este proceso de desarrollo. En el desarrollo de principios,
valores y creencias que le servirán a desenvolverse en la sociedad.
La
educación religiosa opcional
Una forma de abordar este dilema es ofrecer la
educación religiosa de manera opcional, permitiendo que los estudiantes y sus
padres elijan si desean participar en ella. Esto respeta la libertad de
religión y conciencia de los estudiantes y garantiza que la educación pública
sea inclusiva y laica.
La pregunta sobre si tiene sentido enseñar religión en
la escuela hoy en día no tiene una respuesta definitiva. Depende en gran medida
del contexto cultural, legal y educativo de cada país. Sin embargo, es
importante abordar esta cuestión con sensibilidad y respeto hacia la diversidad
de creencias en la sociedad moderna. La opcionalidad de la educación religiosa puede
ser interpretada como contenido extracurricular, y por ello, optativa, pero también
puede vincularse a los artículos de la constitución que reconocen la opción por
la libertad de la educación religiosa, sin determinar si su enseñanza debe
producirse en el marco de las prescripciones curriculares o fuera de ellas.
La educación religiosa puede desempeñar un papel
valioso en la comprensión de la cultura y los valores, pero debe hacerse de
manera inclusiva y respetuosa con la diversidad religiosa y la laicidad.
Referencias
Constitución política de El Salvador [Const]. Art.
25 y 26. 19 de junio de 2014. (El Salvador)
de Puelles Benítez, M.
(2006). Religión y escuela pública en nuestra historia: Antecedentes y
procesos. Bordón: Revista de pedagogía, 58(4), 521-535.
Melero Martínez, J. M. (2006). ¿La religión en la escuela? Ensayos:
revista de la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de Albacete.
Niño, D. F. (2007). La enseñanza de la religión en la
escuela. Actualidades Pedagógicas, 1(50), 147-152.
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