
Según Lemus (2019), el significado original del término “Guanaco”, tiene un sentido peyorativo que antes molestaba a muchos salvadoreños porque se interpretaba como tontos, ignorantes, rústicos y otra cantidad de epítetos negativos. En la actualidad el resto de centroamericanos nos llaman “guanacos” a los salvadoreños sin ánimo de ofensa sino como un gentilicio amistoso, como nosotros llamamos “catrachos” y “chapines” a nuestros vecinos de Honduras y Guatemala, respectivamente.
El origen del término "Guanaco Ultrapacino”
El término "guanaco" utilizado para referirse a los salvadoreños tiene raíces históricas y culturales. En el sigo XIX el historiador guatemalteco Salomón Jill (1822-1882) decía que el término “Guanaco” hacía referencia a los provincianos y a los originarios del resto de republicas centroamericanos. En la investigación de Lemus (2019), esta cita:
“Llamamos guanaco, no sólo al que ha nacido en los Estados de Centro-América que no son el de Guatemala, sino a los naturales de los mismos pueblos de la república. Así, oímos hablar frecuentemente de guanacos de Guastoa, de Cuajiniquilapa, de Amatitlan, &; y algunos hay que llevan el rigor localista hasta el extremo de calificar con aquel apodo a los habitantes de los barrios de esta ciudad” (Jill, 1882, p. 49).
En la cita anterior Jill menciona que el peyorativo “Guanaco” era utilizado por los chapines para referirse a cualquier persona tonta, sin cultura especialmente a aquellos venidos del campo a la ciudad.
Batres (1892) citado en Lemus (2019) da una definición más amplia del significado metafórico de “Guanaco”. Lo define de la siguiente manera:
Guanaco. Del quechua huanano, se llama guanaco (auchenia guanaco) al más corpulento de los cuadrúpedos indígenas de Chile; y metafóricamente dicen allí guanaco, tanto en la terminación masculina como femenina, de la persona que, por su continente, ademanes, largo cuello y delgadas piernas, se asemeja algún tanto a los guanacos, según explica el autor del diccionario de chilenisimos” (Batres, 1892, p. 309)
“Según asegura un antiguo manuscrito que el autor vio en Quezaltenango, la palabra chapín, que se aplicaba a una forma de tacón de bota, sirvió para designar a los opresores; y la palabra guanaco, nombre de una especie de ciervo, para las víctimas de aquella opresión, a quienes se suponía rústicas y montañeses. —(N. del A.)” (Gámez, 1888, p. 349).
La historia ha demostrado que el peyorativo “guanaco” no se ha referido exclusivamente a los salvadoreños, sino a todo aquel centroamericano que no fuera originario de la ciudad de Guatemala, también nos muestra que el uso exclusivo de este apodo se comienza registrar hasta finales de 1960, como epíteto despreciativo utilizado por los hondureños para referirse a los salvadoreños en el contexto de la crisis política económica entre El Salvador y Honduras, que llevo a la guerra entre las dos naciones en 1969 (Lemus, 2019, p. 301).
La palabra “Guanaco”, llega al diccionario de la lengua española, hasta su edición de 2001, antes de este año aparecía en un sentido peyorativo refiriéndose a cualquier “persona tonta o simplona” (desde la edición de 1884).
También, Lemus (2019) indica que existen fuentes históricas que señalan el posible origen etimológico de la palabra “guanaco”. La homofonía de la palabra “guanaco” con las palabras “guana-hico” (originario de la isla San Salvador), “guanacaste” (árbol cuyo fruto se asemeja una oreja) y “guanaco” (camélido suramericano) ha dado pie a diversas teorías sobre la etimología y el significado metafórico de dicha palabra.
El "Guanaco" como símbolo de identidad salvadoreña
Con el paso del tiempo, el término "guanaco" se ha convertido en un símbolo de identidad para los salvadoreños. Se ha apropiado y resignificado en un sentido positivo, resaltando el valor, la tenacidad y la resistencia del pueblo salvadoreño frente a los desafíos históricos y contemporáneos.
El apodo "guanaco" es utilizado con orgullo por muchos salvadoreños, tanto dentro del país como en la diáspora, para referirse a sí mismos y a su cultura. Se ha vuelto un término de camaradería y solidaridad entre los miembros de la comunidad salvadoreña, y su uso se ha extendido en canciones, poesías, eventos deportivos y manifestaciones culturales.
Es importante destacar que, como cualquier apodo, el término "guanaco" también puede ser interpretado de diferentes maneras, y algunas personas pueden considerarlo ofensivo o peyorativo. Sin embargo, para la mayoría de los salvadoreños, el "guanaco" es un símbolo de arraigo cultural y unidad nacional. Incluso en el "poema de amor" de Roque Dalton citado en Argueta (2022), se puede percibir el amor del salvadoreño por su país, a la palabra “guanaco” y la crítica que se esconde en esta pieza que dice así:
Poema de Amor de Roque Dalton
Los que ampliaron el Canal de Panamá
(y fueron clasificados como “silver roll” y no como
“golden roll”),
los que repararon la flota del Pacífico en las bases de California,
los que se pudrieron en las cárceles de Guatemala, México, Honduras, Nicaragua por ladrones, por contrabandistas, por estafadores, por hambrientoslos siempre sospechosos de todo (“me permito remitirle al interfecto por esquinero sospecho soy con el agravante de ser salvadoreño”),
las que llenaron los bares y los burdeles de todos los puertos y las capitales de la zona (“La gruta azul”, “El Calzoncito”, “Happyland”),
los sembradores de maíz en
plena selva extranjera,
los reyes de la página roja,
los que nunca sabe nadie de dónde son,
los mejores artesanos del mundo,
los que fueron cosidos a balazos al cruzar la
frontera,
los que murieron de paludismo de las picadas del escorpión o la barba amarilla en el infierno de las bananeras,
los que lloraran
borrachos por el himno nacional bajo el ciclón del Pacífico o la nieve del
norte,
los arrimados, los mendigos, los marihuaneros,
los guanacos hijos de la gran puta,
los que apenitas pudieron regresar,
los que tuvieron un poco más de suerte,
los eternos indocumentados,
los hace lo todo, los vendelotodo, los comelotodo,
los primeros en sacar el cuchillo,
los tristes más tristes del mundo,
mis compatriotas,
mis hermanos.
Referencias
Argueta, J. (2022). " Los hacelotodo, los vendelotodo,
los comelotodo": la sátira del oprimido en la poesía de Roque Dalton.
Batres Jáuregui, A. (1892). Vicios del lenguaje y provincialismos de Guatemala. Estudio filológico. Ciudad de Guatemala: Encuadernación y Tipografía Nacional. Recuperado de https://archive.org/details/viciosdellengua00jugoog/page/n8.
Gámez, J. D. (1889). Historia de Nicaragua. Desde los tiempos prehistóricos hasta 1860, en sus relaciones con España, México y Centro-América. Managua: Tipografía de “El País”. Recuperado de https://guerranacional.enriquebolanos.org/bibliografia_pdf/1973.pdf.
Jill, S. (1892). Cuadros de costumbres guatemaltecas. Tomo I.
Guatemala: Tipografía “El Progreso”.
Recuperado de
https://archive.org/details/cuadrosdecostumb12salmguat/page/n2
Lemus, J. E. (2019). El posible origen náhuatl del
hipocorístico “guanaco” aplicado a los salvadoreños. ECA: Estudios
Centroamericanos, 74(757), 283-304.
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