Deserción Escolar: Análisis de las Responsabilidades entre la Escuela, el Profesor y el Alumno
Las escuelas y universidades deben transformarse en pilares fundamentales y referentes para la sociedad salvadoreña, abandonando el aislamiento que los ha mantenido distantes de las nuevas metodologías y paradigmas educativos.
Es común escuchar en los pasillos de las instituciones educativas cómo los alumnos expresan su frustración por no alcanzar una ilusión llamada "buena nota"; sin embargo, debemos reconocer que el mundo real no se limita al papel, la vida misma es un desafío constante, de hecho, los retos diarios en la vida son el mejor examen, ya que nos permiten enfrentar problemas, encontrar soluciones y tomar decisiones que nos moldean y fortalecen. Perassi (2009) dice que la evaluación no debe de ser entendida como un subproceso de aprendizaje en la educación, sino que esta esta debe de ser utilizada por el profesor como un acto final y decisivo por medio del cual el docente evaluador tiene la potestad de absolver o condenar el futuro de cada estudiante.
Es fundamental que la educación en El Salvador trascienda de la comprobación de conocimiento a partir de exámenes, y se enfoque en brindar a los estudiantes habilidades y herramientas para enfrentar los desafíos del mundo real, preparándolos para una vida llena de aprendizaje y crecimiento. La integración de tecnología y metodologías innovadoras en el aula abren un abanico de oportunidades para el desarrollo integral de los estudiantes, empoderándolos para enfrentar los desafíos que la vida les presente.
El Salvador, al igual que muchos otros países, enfrenta el desafío del fracaso escolar, una situación que afecta el rendimiento académico y el futuro de muchos estudiantes; sin embargo, es importante reconocer que este problema no puede ser atribuido exclusivamente a un solo actor en el sistema educativo. En lugar de buscar culpables, es esencial realizar un análisis integral y objetivo de las responsabilidades compartidas entre la escuela, el profesor y el alumno para abordar eficazmente esta problemática, ya que lo más fácil siempre es culpar a los alumnos.
La Responsabilidad de la Escuela:
La escuela es un
pilar fundamental en el proceso educativo, y su responsabilidad abarca diversos
aspectos. Un entorno educativo adecuado y seguro es esencial para que los
estudiantes puedan desarrollarse plenamente. En este sentido, es crucial que
las escuelas proporcionen infraestructuras adecuadas, recursos suficientes y un
ambiente propicio para el aprendizaje.
Además, las políticas educativas implementadas por el gobierno y la dirección de la escuela también juegan un papel significativo. La calidad del plan de estudios, la capacitación docente y la promoción de programas de apoyo y tutoría para estudiantes en riesgo son aspectos que pueden marcar la diferencia en el rendimiento académico.
Es fundamental que
las escuelas trabajen en estrecha colaboración con los docentes y los padres
para identificar y atender las necesidades específicas de cada estudiante. La
detección temprana de dificultades de aprendizaje o situaciones personales que
puedan afectar el rendimiento permitirá brindar el apoyo necesario y evitar que
el estudiante se quede rezagado.
El abandono de la escuela o universidad parece responder a una convergencia de factores que terminan produciendo la desvalorización de las instituciones educativas y el retiro de los alumnos del sistema educativo, según Herrera (2009), estas causas pueden ser:
- La disminución de la calidad pedagógica
- La debilidad de las escuelas donde estudian los más pobres
- Las escasas opciones de las familias
- El aumento del costo de oportunidad (p. 262)
La Responsabilidad del Profesor:
El papel del profesor es de vital importancia en el proceso de aprendizaje. Los docentes tienen la tarea de guiar y motivar a los estudiantes, despertando su interés y curiosidad por el conocimiento, pero también, según Grau (2011), otros factores como la motivación y comprensión dentro del hogar permiten potenciar una mejora en la actitud y en el rendimiento del alumnado, previniendo la desmotivación y el rendimiento escolar lo cual contribuye a la calidad del aprendizaje y al progreso académico de los alumnos, lo que quiere decir que también el rol de los padres en la formación de los alumnos es muy importante.
La atención a la diversidad presente tantas veces en los discursos del profesorado no encuentra eco en el momento de valorar los logros del alumnado. La evaluación ideográfica no tiene espacio en estos escenarios, donde se desdibujan las particularidades personales de los alumnos (Perassi 2009, p. 77). Los docentes deben esforzarse por conocer a sus estudiantes de manera individual, identificando sus habilidades y áreas de mejora. Esto permitirá personalizar la enseñanza y proporcionar el apoyo necesario para que cada estudiante alcance su máximo potencial.
La Responsabilidad del Alumno:
El compromiso y la responsabilidad personal del alumno también son factores cruciales en el éxito académico. Los estudiantes deben comprender la importancia de la educación en su desarrollo y futuro, lo que implicará una actitud proactiva hacia el aprendizaje.
Es fundamental que
los estudiantes se involucren activamente en su proceso de aprendizaje,
participando en clase, completando tareas y buscando el apoyo necesario cuando
lo necesiten. La autodisciplina, la organización y la constancia en el estudio
son habilidades que los estudiantes deben cultivar para superar obstáculos y
alcanzar sus metas educativas.
0 Comentarios