En los pasillos
de la universidad, a menudo escucho a otros colegas expresar que los
estudiantes no acuden a la institución con el propósito de aprender, sino
únicamente para obtener títulos. Uno de mis colegas afirma con contundencia:
"No nos engañemos, a los alumnos solo les preocupa aprobar los exámenes,
no importa como, ya sea con 6.0 o 10.0, es lo mismo para ellos". En
realidad, parece que lo que se evalúa en los exámenes no tiene relevancia
alguna, ya que al final lo único que desean es pasar y obtener un título. En
resumen, lo que realmente importa es superar las pruebas, no el proceso de
aprendizaje en sí.
En este hecho de la evaluación,
se cuestiona el propósito fundamental del proceso educativo en cualquier
contexto académico. ¿Es realmente lo más importante obtener buenas
calificaciones en lugar de adquirir conocimientos? ¿Los contenidos que
proponemos en los exámenes abonan al entendimiento, el desempeño y el
desarrollo de habilidades necesarias para los estudiantes en un enfoque basado
en competencias? Si todos los alumnos obtuvieran calificaciones sobresalientes,
¿se resolverían automáticamente los problemas de la educación?
En mi experiencia, he observado
que las universidades tienden a formar académicos en lugar de profesionales
comprometidos en resolver los desafíos complejos de la sociedad; es decir, el
sistema educativo, y en particular la universidad, deberían enfocarse en formar
individuos que logren obtener una autonomía tal, que les permita aprender de
sus errores, de entender la situación de los otros, de forjar la tolerancia, de
afrontar la incertidumbre para adaptarse fácilmente y constantemente a un mundo velozmente
globalizado (Morín, 2014) como se citó en (Cárdenas, 2016, p. 31).
En cuanto a la creación de los exámenes
para cada unidad de aprendizaje parecería que estos se convierten prácticamente
en la única preocupación de los profesores y alumnos, y es que, los exámenes se
ha convertido en un instrumento que se utiliza para medir el conocimiento
adquirido por los estudiantes, pero, ¿y el aprendizaje?, Novak (1991) dice que parecería
que los exámenes se vuelven una limitante considerando que existe “un abanico
de medidas más válidas para la evaluación”; es decir, que los exámenes se
convierten en una barrera que puede impedir a los alumnos a que visibilicen sus
habilidades y competencias en determinada área del conocimiento, ya que, según el
autor antes mencionado, los profesores “elaboran exámenes que piden respuestas específicas
y literales con escasa o nula referencia a los significados o aplicación del
conocimiento que se evalúa”.
Stephen Gould (1981-1984) como
se citó en Novak (1991), afirma que “aún los mejores exámenes dan lugar a la "falsa medida del hombre”; es decir, que estos, también pueden contribuir a la desmotivación
de los estudiantes entre el momento de elegir entre aprender significativamente
y no mecánicamente.
Es muy simple, “para aprender es fundamental tener objetivos que alcanzar, metas que cumplir, por tanto, es imprescindible la motivación y el interés, "primero la práctica, la acción; luego la teoría” (Martínez, 2004), la práctica y la acción son primordiales, pero también, la teoría puede acompañar a la práctica o incluso ser abordada de manera simultánea. Esta idea me hace recordar cuando adquirí mi primer televisor de última generación, en primer lugar, lo conecté a la fuente de energía y luego dediqué un largo período de tiempo a experimentar con el control remoto para adquirir destrezas en el uso del nuevo equipo, prueba y error, curiosamente, olvidé por completo leer el manual de 250 páginas que estaba disponible en tres idiomas, ¡bendita teoría!
Referencias
Cárdenas, Y. V. (2016). La innovación: el reto de formar
profesionales aptos para enfrentarse a la incertidumbre. En Blanco y Negro, 7(1).
Martínez, J. (2004). El papel del tutor en el aprendizaje
virtual. línea].[consultado 22 julio 2004]. Disponible en Internet:<
http://www. uoc. edu/dt/20383/>.(Gerente de Desarrollo de Proyectos de GEC
Chile)
Novak, J. D. (1991). Ayudar a los alumnos a aprender cómo aprender. La opinión de un profesor-investigador. Enseñanza de las ciencias: revista de investigación y experiencias didácticas, 215-228
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