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Empoderando a través de Aulas Colaborativas

Aulas Colaborativas

El aprendizaje colaborativo tiene su base en la organización, la cual se puede dar en pequeños grupos de trabajo de niños o jóvenes que desempeñan una labor en conjunto. La idea de este tipo de aprendizaje es promover la autonomía y pro actividad, además de adquirir empatía hacia los compañeros. En este contexto, las aulas colaborativas han emergido como un enfoque pedagógico poderoso que fomenta el aprendizaje activo, la participación y el desarrollo de habilidades sociales y cognitivas clave en los estudiantes. Estas aulas no solo buscan transmitir conocimientos, sino también cultivar la capacidad de trabajar efectivamente en equipo, resolver problemas y comunicarse de manera efectiva.

Zamora (2016) afirma que los estudiantes aprenden ciencia, haciendo ciencia. Desarrollan habilidades de indagación científica y ejecutan actividades de aprendizaje practico e indagatorios. La premisa de las aulas colaborativas se apoya en la idea de que el aprendizaje individual es, en buena medida, inseparable de la construcción colectiva de conocimiento, y que tal construcción colectiva constituye el contexto, la plataforma y el apoyo básico para que cada alumno pueda avanzar en su propio conocimiento (Onrubia, 2004).

A continuación, se listan algunos ejemplos que se podrían implementar en un aula colaborativa:

Diseño de actividades colaborativas significativas:

Estrategia: Diseñar tareas y proyectos que requieran la contribución activa de todos los miembros del grupo.

Ejemplo: En una clase de Literatura, los estudiantes podrían trabajar juntos para investigar y presentar diferentes aspectos de un período histórico. Cada miembro del grupo podría ser responsable de investigar un evento específico y luego colaborar para crear una línea de tiempo interactiva.

Fomentar la responsabilidad individual y grupal:

Estrategia: Establecer expectativas claras para la contribución de cada estudiante al proyecto grupal.

Ejemplo: En una actividad de resolución de problemas de matemáticas, cada estudiante podría ser asignado a un rol específico, como investigador, presentador y verificador de resultados. Esto garantiza que todos los estudiantes estén involucrados y responsables.

Uso de herramientas tecnológicas colaborativas:

Estrategia: Utilizar plataformas en línea que permitan a los estudiantes colaborar en tiempo real, compartir documentos y comunicarse fácilmente.

Ejemplo: Los estudiantes podrían usar herramientas como Google Docs para escribir y editar juntos un informe de investigación. Además, las videoconferencias podrían usarse para discusiones grupales y debates.

Evaluación basada en criterios claros:

Estrategia: Establecer criterios de evaluación específicos para medir tanto el proceso colaborativo como los resultados.

Ejemplo: En un proyecto de arte en equipo, los estudiantes podrían ser evaluados tanto por la creatividad de su obra final como por su capacidad para trabajar juntos y comunicarse durante el proceso de creación.

Reflexión y Retroalimentación:

Estrategia: Incluir momentos de reflexión donde los estudiantes compartan sus experiencias colaborativas y ofrezcan retroalimentación constructiva.

Ejemplo: Después de completar un proyecto de investigación en grupos, los estudiantes podrían participar en una discusión grupal sobre lo que funcionó bien en términos de colaboración y qué aspectos podrían mejorarse en futuras actividades.

Diversidad en grupos colaborativos:

Estrategia: Formar grupos heterogéneos que incluyan estudiantes con diferentes habilidades, antecedentes culturales y estilos de aprendizaje.

Ejemplo: En una actividad de resolución de problemas científicos, los grupos podrían estar compuestos por estudiantes con diferentes fortalezas: uno podría ser hábil en análisis de datos, otro en diseño experimental y otro en comunicación escrita.

Intercambio de Conocimientos y Habilidades

Onrubia (2016) argumenta que, en un entorno de aprendizaje colaborativo, tanto el instructor como los estudiantes regularmente abordan tareas integrales y complejas. Estas tareas requieren la combinación de conocimientos provenientes de diversos ámbitos y dominios, junto con habilidades de diversas naturalezas. Estas tareas simulan, reproducen o se acercan a situaciones reales que son significativas y relevantes para los estudiantes. Además, se realizan a lo largo de períodos de tiempo prolongados e incorporan múltiples posibilidades y enfoques para su resolución. Los estudiantes se ven inmersos en procesos constantes de toma de decisiones en estas tareas. En algunos casos, puede haber más de una solución final posible, y se enfatiza la importancia de elaborar, argumentar y justificar las soluciones propuestas. Estas tareas promueven y valoran el trabajo en equipo entre los estudiantes y con el instructor, lo que a su vez requiere un diálogo, interacción y comunicación continuos tanto entre el instructor y los estudiantes como entre los propios estudiantes. Asimismo, estas tareas hacen uso extensivo de diversas herramientas y recursos, tanto dentro como fuera del entorno de aprendizaje.

Las tareas colaborativas permiten beneficiarse del intercambio de conocimientos y habilidades de cada individuo para alcanzar el objetivo de la tarea. Según Rodríguez (2011) las tareas colaborativas aportan a la nueva visión de la escuela 2.0.  Algunas de las tareas colaborativas que encuentran un lugar destacado en estos entornos incluyen

Integración curricular: Introducir tareas, actividades o proyectos dentro de las actividades clásicas del aula, para completarlas, ampliarlas, sustituirlas o darles otro enfoque.

Innovación pedagógica: Dejar de controlarlo todo, ceder responsabilidades a los alumnos permitiendo aprender en un contexto real, no tan controlado, lo que les prepara para la vida real. Ejemplo: Control de deberes de casa.

Colaboración: Es una colaboración toda actividad que se realice a partir de un intercambio, especialmente entre quienes la realizan: búsqueda de la información, gestión de la información, cooperación en la redacción o en la edición... Ejemplo: Insectos.

Creatividad: Las tareas de siempre tienen otro enfoque, pudiéndose cambiar el contexto o el medio de aprendizaje, combinando tareas o inventando nuevas. Las tareas resultan más interesantes a los alumnos, más cercanas a sus intereses.

Uso de las TIC: Las herramientas tecnológicas, especialmente las 2.0, son de gran utilidad para realizar actividades colaborativas. Aportan entornos adecuados, diversión, resultados espectaculares.

La implementación exitosa de aulas colaborativas requiere flexibilidad y adaptación según las necesidades de los estudiantes y los objetivos de aprendizaje. Al proporcionar oportunidades para que los estudiantes trabajen juntos de manera significativa y reflexionen sobre sus experiencias, las aulas colaborativas pueden crear un ambiente en el que el aprendizaje sea una experiencia enriquecedora y colaborativa.

Referencias

Onrubia, J. (2004). Las aulas como comunidades de aprendizaje. Revista Electrónica Trabajadores de la Enseñanza TE, 249, 14-15.

Rodríguez, M. J. (2011). Las TIC y el trabajo colaborativo en el aula. Experiencias educativas en las aulas del siglo XXI: innovación con TIC. 2011; p. 82-88.

Zamora, I. L. (2016). Creando un aula colaborativa. Revista Iberoamericana de Producción Académica y Gestión Educativa, 3(5).

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